Eduardo Loring y Oyarzabal, siglo XIX.
Eduardo Loring y Oyarzábal, propietario del Polvorín en 1876.
Este apellido ocupa un lugar preeminente en la vida malagueña del siglo XIX. El primer Loring que llegó a Málaga fue George Loring James, que procedía de la ciudad de Boston, en el estado norteamericano de Massachusetts. Al igual que otros extranjeros, estableció su actividad empresarial en Málaga hacia el año 1810, atraído por las posibilidades comerciales que ofrecían los productos malagueños. Sus negocios le obligaron a viajar constantemente por el extranjero, comerciando fundamentalmente con Boston y Baltimore, hasta que en el año 1817, se asentó definitivamente en Málaga, donde se casó con Rosario Oyarzábal Herrera, hija de Ignacio Antonio Oyarzábal, natural de Cádiz y de Josefa Herrera, natural de Málaga.
Tuvieron 7 hijos: José Jorge, Rosario, Jorge Enrique, Elisa, Adelaida, Eduardo y Georgina. Jorge Enrique fue nombrado primer marqués de Casa Loring y fundó la sociedad Jorge Loring y Cia, cuyos socios eran además de él, su cuñado Juan Oyarzábal y su hijo José Jorge.
Jorge Enrique Loring Oyarzábal, al morir su padre en el año 1843, se adhirió a la sociedad familiar y al cabo de los años le daría un gran impulso. Junto con su hermano Eduardo, continuó con la Sociedad Loring Hermanos. Esta sociedad tuvo una actuación muy destacada en los proyectos industriales de los ferrocarriles andaluces, así como en la constitución y funcionamiento del Banco de Málaga. Jorge Enrique Loring se casó, en el año 1850, con Amalia Heredia Livermore, hija de Manuel Agustín Heredia, y de cuyo matrimonio nacieron 8 hijos. Su hermano Eduardo Loring Oyarzábal se casó con Rafaela Crooke Manescau, de cuyo matrimonio nacieron 7 hijos.
Eduardo Loring y Oyarzábal formó una sociedad en el año 1860 con el nombre de Loring Hermanos, con su hermano Jorge, participando Eduardo con un 11,5%. Eduardo tenía también un negocio de importación y exportación en la malagueña calle Alameda 21, comerciando con frutas frescas y vinos. Era agente de las líneas de vapores transatlánticos Cunard e Inmann y comisionado en Málaga y su provincia del Banco Hipotecario. Ostentaba asimismo el cargo de cónsul de Estados Unidos en Málaga. Como indicamos en 1876 se cita, debido a una explosión, en el periódico el Siglo Futuro a Eduardo Loring como propietario de la fábrica de pólvora de La Roda de Andalucía (Sevilla).
D. Jorge Loring llegó a metas muy altas de poderío económico, industrial, financiero, político y cultural en Málaga. Fundó el periódico "El Correo de Andalucía" y regentó los altos hornos de Málaga, la ferrería "La Constancia" y una fundición de plomo. En 1844 el matrimonio poseía una gran fortuna y participó como socio fundador del Banco de Málaga con las familias Heredia y Larios. También intervino en la política, dentro de las corrientes conservadoras, fue nombrado diputado en varias ocasiones por el distrito de la Alameda, amigo de D. Antonio Cánovas del Castillo.
Sus negocios más importantes se centraron en torno a los ferrocarriles, entre ellos la participación en el de Córdoba-Málaga, Ferrocarriles Andaluces en 1877, el ferrocarril de Utrera-Morón-Osuna, Osuna-La Roda (de Andalucía), Campillos-Granada. También intervendría en líneas de Almería y de Alicante a Murcia. Próxima a línea ferroviaria de La Roda existía en 1876 una fábrica de pólvora, hoy llamada cortijo El Polvorín, regentada por su hermano Eduardo Loring. En la provincia de Córdoba inició la explotación de la mina "Esperanza" de Belmez y adquirió la Unión Carbonífera y del Metal de Belmez y Espiel, así como otras minas de hulla en Montoro, Hornachuelos, etc.
Eduardo Loring y Rafaela Crooke se casaron en la parroquia de San Juan, el 20 de junio de 1859 y tuvieron los hijos siguientes: Josefa Loring Crooke, que nació en el año 1872 y se casó con Juan Rein Arssú; Elisa Loring Crooke, que nació en 1876 y se casó con Cristián Scholtz Aponte, último propietario de las bodegas Scholtz; José Loring Crooke, que nació en el año 1873 y se casó con Leonor de Orueta; y María Loring Crooke, casada con Guillermo Shaw.
muy interesante
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